Nos encontramos con un gran debate sobre la seguridad en Internet y sobre las medidas que existen para combatir a quiénes traspasan esa seguridad. Al leer los Artículos del Código Penal Español referentes a Delitos Informáticos, nos encontramos que no siempre se ponen en práctica.
En Internet no nos encontramos con una censura previa, la cuál determine que se puede publicar y qué no. Ahí están los que "admiran" la libertad de expresión patente en esta gran Red. Respecto a ésto, existe lo que se denomina HTCIA, diseñado para fomentar, promover, la ayuda y el efecto del intercambio voluntario de datos, ideas y conocimientos sobre los métodos, procesos y técnicas relacionados con las investigaciones y la seguridad en las tecnologías de avanzada entre sus miembros.
Cualquier cosa que aparezca en Internet, por efímero que pueda parecer, los usuarios que lo hayan visto pueden superar la millonada. Un vídeo sobre acoso escolar, sobre creencias religiosas extremistas, sobre cualquier macabra idea que se nos pueda formar en la cabeza, las personas querrán verlo, pues la morbosidad está presente en cada individuo. A parte de la moralidad humana, tenemos que tener patente que al ser un ámbito privado, nadie tiene el peligro de ser descubierto. No sólo por las reprimendas policiales, sino también por las sociales. Entonces, el abanico de acceder a esas imágenes son infinitas.
Este tema está muy bien tratado en la película "Rastro oculto", no se trata de un film de alta calidad, pero si expone el bajo grado de escrúpulos de las personas. Un delincuente cuelga sus asesinatos y torturas en su página web, el destino de sus víctimas depende del número de visitas que reciba la página, cuantas más visitas tenga la página más rápidamente morirán.
Pienso que la evolución de Internet depende mucho de la ética de las personas. Hay cosas que no existirían si la inteligencia humana no las pidiera. Antes de seguir volcados en el desarrollo de nuevas tecnologías y a la mejora de la gran red Internet, se deberían estipular una serie de leyes dirigidas directamente a la regulación de esta nueva esfera. Las existentes sólo hacen referencia a los medios de comunicación en general, pero no a Internet. Creo que no se está siendo consciente de la realidad a la que se podría llegar si no se ponen unos límites inmediatos, pues no se puede confiar en la humanidad de las personas.
Somos depredadores, ansiamos más de lo que tenemos y querremos abarcar más realidades, aunque eso implique la propia deshumanización de los humanos. Internet no es libertad, sino un libertinaje.
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